- Está penalizado el consumo en la ley? y en la práctica que sucede realmente, que se evidencia en este momento histórico en Argentina?
Sí, efectivamente lo que se penalizan son las conductas humanas por ejemplo la conducta de tener una sustancia para usarla en este caso de sustancias ilegalizadas lo que está penado es la tenencia de una sustancia ilegalizada para consumirla o sea consumir en sí mismo no está penalizado lo que está penalizado es la tenencia para consumo personal La tenencia simple, obviamente también la tenencia para tráfico, comercialización, etcétera.; pero lo que sucede en concreto es que las personas usan sustancias igual, entonces quedan por fuera del marco de la ley porque están cometiendo un delito según dicta la ley 23.737 que es la ley de estupefacientes Argentina, la ley de drogas de Argentina, entonces más allá de la ley las personas usan sustancias igual y ahí hay un litigio o una contradicción normativa entre el ámbito o la cuestión penal y el ámbito de la salud.
- Hay urgencia en poner en palabras y en agenda institucional el tema?
Bueno, la urgencia de plantear o de poner este tema en una discusión pública ciudadana pasa por el lado de de que las personas usan drogas, de que cada vez las personas usan más drogas y de que los consumos están creciendo en cantidad y en complejidad y que la política pública o sea el estado, (la política profesional, los legisladores, los funcionarios, los jueces y demás) deberían dar una discusión sincera y basada en evidencia empírica en relación a los consumo de drogas y no desde una visión moral o ideal de lo que debería ser según para algunas personas un mundo sin drogas cuando efectivamente el mundo es con drogas y siempre fue con drogas y lo seguirá siendo, entonces a partir de ahí lo que sería interesante es que la urgencia en la discusión sea un debate informado, primero para que las personas puedan tener información para decidir, para que los legisladores puedan tener información para decidir, entonces hay que hacer un debate informado social, mediático, cultural, político y legislativo y que a partir de ahí podamos llegar a una conclusión de la necesidad de una reforma en la ley de drogas y que los abordajes estén centrados en una perspectiva de salud pública y de respeto por los derechos humanos.
- Qué coherencia o incoherencia vez en los listados internacionales con respecto a las drogas peligrosas reales y a las drogas ilegalizadas que quizá no son tan peligrosas y en relación al doble estándar del alcohol como tema concomitante a este.?
- Opinión tuya sobre desfasajes de las instituciones tradicionales con respecto a la realidad de los consumos, al abordaje o intervención de orgas como chill, paf, el colectivo, soma, échele cabeza, etc.
Hay un desfasaje, como decís vos, entre algunos lineamientos estatales de los estados en sus políticas públicas que no se condicen con la dinámica de los consumo que llevan las sociedades. Por ejemplo, las organizaciones de reducción de riesgos que trabajan desde la sociedad civil muchas veces tienen ciertos lineamientos o trabajos mucho más situados y con anclaje en la realidad concreta de las prácticas que llevan adelante las personas que usan sustancias, por ejemplo, en la escena de nocturnidad en los eventos de música electrónica las organizaciones como Chill and Safe, el Colectivo por la reflexión y otras son las que generan testeos, puestos de hidratación e información sobre las prácticas de cuidado que se pueden realizar en el lugar donde se están consumiendo ésas sustancias y a los estados les cuesta mucho tener ese tipo de estrategia de prevención en materia de nocturnidad porque muchas veces corridos por un discurso sensacionalista, amarillista, prohibicionista interpretan o entienden de qué si hacen eso están dando una señal de que bajaron las banderas de: “Decile no a la droga” y de que todo consumo es un consumo problemático.
Yo creo que eso es un error porque hoy mucha gente usa sustancias de manera no problemática en términos de compulsividad, sino que tal vez lo problemático tiene que ver con la falta de información, la falta de prácticas de cuidado para poder gestionar ese placer y administrar ese riesgo y esos daños, y que tal vez las organizaciones de la sociedad civil van muchas veces más adelantados, incluso los propios usuarios, muchas veces van más adelantados que los estados y que las políticas públicas. lamentablemente ese desfasaje genera graves consecuencias para el sistema de salud y para la salud de los usuarios. Ojalá pueda generarse un equilibrio entre la demanda de información que piden los usuarios y las propuestas de acompañamiento que generan los estados a través de sus políticas públicas, apuntamos o yo apunto a eso personalmente.
- Porque no se testea en argentina, quién gana con la desinformación, los estigmas y el miedo, cuales son los intereses que están en juego?
Yo creo que los ganadores son los que apuntalan su crecimiento económico y su capacidad de incidencia en los debates sociales vinculados a las políticas de drogas que se apoyan en un pueblo ignorante y que no conoce sus herramientas de cuidado; entonces todos los que operen por ej en el ámbito farmacéutico y que les sirve mas que la gente no lea el prospecto de un fármaco van a ganar con esto; las personas que por ej no les importe el consentimiento informado que le tiene que dar y leer un profesional de la salud a un sujeto cuando decide hacer un tratamiento por consumo problemático (que es lo que le explica como va a ser un tratamiento) ganan y hay algunas comunidades terapéuticas que no se apoyan en dicho consentimiento…
- Se puede legislar el placer, que pensas sobre los derechos a legislar sobre el propio cuerpo y por ende a consumir.
No creo que se pueda legislar sobre el placer. Lo que sí creo que se puede legislar es sobre estrategias de cuidado, de continuidad de cuidado, de promoción de la salud, de promoción del bienestar, que apuntalen procesos de gestión del placer. Creo que el paradigma de reducción de riesgos y daños tiene que pasar a llamarse reducción de daños y gestión del placer. Porque hay una dimensión de las drogas que no se remite puramente al daño o al riesgo sino que tiene que ver con el orden del placer y además hay que hablar de placer, entonces nosotros podríamos construir una política pública que también tenga en cuenta el placer a la hora de pensar en la salud. Porque si no estamos pensando en la dimensión negativa solamente de la salud y creo que hay una dimensión positiva de la salud como potenciadora de la vida integral de una persona entre las cuales está el placer, entonces no creo que se pueda hacer una ley de placer o de legislar sobre el placer, pero sí creo que se puede legislar sobre políticas públicas que apuntalen esos procesos.
- Porque en argentina no cambia la política de drogas actual?(que de actual no tiene nada) y porque no se pasa a un modelo de regulación similar a los de Portugal, Uruguay y Canadá los cuales ya han probado que esto funciona.?
Hoy en día, los estados nacionales tienen distintos esquemas de regulación o de penalización vinculados al uso de drogas. Obviamente, la mayoría del mundo se rige por los paraguas prohibicionista y tiene una política prohibicionista muy antigua, equívoca e ineficiente. Hay algunos países que han desarrollado experiencias de política pública interesantes. Un ejemplo es Portugal que descriminalizó no despenalizó, pero si descriminalizó (eso significa que la policía si bien hay una ley penal, no te persigue por usar una sustancia) y la descriminalización va acompañada de una sugerencia para que la persona que la encuentran con sustancias, por lo menos se remite a un centro de salud para acceder a información sobre el cuidado de esa sustancia o sobre los riesgos de esa sustancia. Es una estrategia válida la descriminalización, Portugal descriminalizo la tenencia de todas las drogas y les está dando buenos resultados. O sea, no se disparo el consumo, no se disparo obviamente el aumento de la penalización o de la criminalización porque se descriminalizo, no tiene un aumento considerable en los consumos (como creen los prohibicionista que sucedería), solo siguen consumiendo los que ya consumían pero con menos estigma lo cual es positivo porque facilita que dichxs usuarixs se animen a acercarse al sistema de salud para tener información para cuidarse o hacer tratamientos.
Después, Canadá legalizó, despenalizo y reguló el cannabis medicinal y el cannabis para uso adulto y tiene un proceso de regulación bastante interesante, anclado en la perspectiva sanitaria, está explorando lo mismo con respecto a los hongos y al MDMA con algunas pruebas para el orden terapéutico, el caso del hongo y el caso del MDMA, para el tratamiento del estrés postraumático y se ha desarrollado una ley para investigar y para hacer un análisis de algunos casos de investigación y de exploración. Todavía no esta extendido el md como tratamiento sino que hay una ley que permite la investigación en algunos casos.
El caso de Uruguay es interesante porque Uruguay pateó el tablero y si bien históricamente tenía y tuvo despenalizada la tenencia para el consumo personal de todas las drogas, lo que no tenía regulado es el cannabis en toda su cadena de producción y lo que hizo fue una despenalización, una legalización y también una regulación integral del cannabis, solamente del cannabis la regulación integral para uso adulto con dispensarios, con autocultivos y que tampoco aumentó el consumo de cannabis sino que lo reguló por un criterio de seguridad para quitarle un mercado al crimen organizado, al narcotráfico, legalizarlo y captar una renta económica bastante interesante de personas de usan cannabis en Uruguay .
Pero más allá de las experiencias internacionales yo creo que hay que tener nuestra regulación con la idiosincrasia de Argentina, con las identidades y las dinámicas de acá, tenemos una historia, por ejemplo, con la economía popular bastante interesante y con el proceso de cooperativismo en Argentina, entonces si uno piensa en las estrategias de cooperativismo de producción de cannabis de Argentina y lo tendríamos que pensar desde ahí, desde una perspectiva de organización de la economía popular, por lo menos deberíamos tener contemplada esa dinámica…
También tenemos un sector empresarial e industrial muy dinámico con mucha pujanza, muy creativo, tenemos una historia argentina de semilleros, de productores de semillas muy reconocida a nivel internacional y tenemos un movimiento cannábico muchísimo más movilizado que en otras partes del mundo, es decir ahí tenemos actores con los que tenemos que ir a escuchar y pensar juntxs el proceso de regulación legal del cannabis para uso adulto contemplando a todos esos actores y eso va a ser propio de la dinámica argentina… No podemos importar un proceso de regulación.
Creo que tenemos que ir hacia la despenalización de la tenencia para el consumo personal de todas las drogas, porque no puede haber diferencia entre una persona que tiene cannabis para fumar y una persona que tiene éxtasis para fumar o una persona que tiene cocaína o pasta base para fumar; Lo qué quiero decir es que el usuarix de drogas que sea no puede ser contemplado como un narcotraficante, no puede ser contemplado como parte de un eslabón de una cadena de tráfico. Eso es un error porque queremos que esa persona ingrese al sistema de salud y lo queremos abrazar, alojar y acompañar desde el sistema de salud porque creemos que ese es un problema de salud y los riesgos tienen que ver con el orden sanitario.
Entonces, la cuestión del narcotráfico y la cuestión penal tienen que ir al ámbito de la seguridad y no tiene que ver con el campo de lxs usuarixs de drogas sino con los traficantes, porque además está demostrado que perseguir al usuario no hace que el crimen organizado deje de crecer o que el narcotráfico deje de producir sustancias ya está demostrado que penalizar al usuario no soluciona ese problema; Entonces nosotros debemos hacer que el usuario ingrese al sistema de salud, que sea considerado un sujeto de derechos, que sea coordinado lo que plantea la ley nacional de salud mental en su artículo 4 (que es que los consumos de drogas son un asunto de salud) junto con la ley penal que no debería plantear que el usuario de drogas parte de la cadena de tráfico, porque si no tenemos un problema entre la ley penal y la ley sanitaria, nosotros tenemos que plantear que de los asuntos de consumo se encargue el sistema de salud.